domingo, 6 de mayo de 2012

Modelos de remodelación ósea aplicados a diferentes tipos de huesos


El tejido óseo juega un papel muy importante, desempeñando diversas funciones de gran importancia para el funcionamiento correcto del organismo. El esqueleto, además de soportar el peso del cuerpo, darle su forma y ser la estructura sobre la que éste se mueve, actúa también como armadura protectora de los órganos vitales.

Además de las propiedades mecánicas que lo caracterizan, el hueso es un material vivo y como tal tiene la capacidad de responder a las circunstancias de su entorno, pudiendo regenerarse después de una fractura o adaptarse a las condiciones mecánicas de su entorno, tendiendo a conseguir una estructura de alta resistencia con un mínimo material. A este proceso de adaptación se lo conoce con el nombre de remodelación ósea y fue postulado por Julius Wolff en el siglo XIX (Wolff [1892]). La remodelación ósea es un fenómeno presente durante toda la vida y que tiene una gran importancia no sólo en el proceso de reparación de fracturas, sino en multitud de circunstancias como pueden ser, la adaptación del hueso al entorno circundante, la correcta funcionalidad de implantes protésicos o en el proceso de envejecimiento del hueso. Dos ejemplos particularmente importantes son la evolución de un hueso tras la colocación de un implante protésico, que puede dar lugar a una nueva fractura por una excesiva reabsorción ósea, y la osteoporosis, responsable de un elevado número de fracturas entre la población de mayor edad.

Se han propuesto muchos modelos para explicar cómo el entorno mecánico influye en la remodelación ósea, siendo el más conocido de todos ellos la ley de Wolff. De hecho, Wolff afirma que hay una dependencia entre la estructura del hueso y la carga que soporta. Esta teoría combinada con el desarrollo de herramientas computacionales y con una gran cantidad de resultados experimentales, han llevado al desarrollo de numerosos modelos computacionales de remodelación. Estos modelos permiten predecir la distribución de densidades en el hueso.

El proceso consistiría en partir de las imágenes médicas del hueso, con lo que se obtiene la geometría externa del mismo (fémur, tibia, radio, etc) (ver figura). A continuación se desarrolla el modelo de elementos finitos y se le aplican las cargas fisiológicas asociadas a cada tipo de hueso obteniéndose las densidades como se muestra en la figura. Si los resultados son suficientemente buenos podemos simular a continuación el efecto que tiene a largo plazo sobre la densidad ósea la incorporación de un implante. Incluso, se podrían estudiar distintas prótesis y predecir a largo plazo la que mejores resultados daría para cada paciente específico.
 
En consecuencia, un conocimiento más profundo del proceso de remodelación ósea y de los factores en él implicados es fundamental para el diseño de tratamientos que ayuden a paliar o a prevenir en la medida de lo posible estos males, permitiendo incluso el diseño de la prótesis más adecuada para cada paciente.

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